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El eficaz juego de los opuestos: al enfocar la luz en la más completa oscuridad desaparecen el tiempo y el espacio. Visitar la Feuerle Collection en Berlín es una experiencia inolvidable para cualquier amante del arte. Ello se atribuye al carácter tanto exquisito como poco convencional de la colección, al lugar especial en el que se exhibe y a su espectacular puesta en escena. La luz ejerce un papel muy destacado.
En Berlín hay numerosas e importantes colecciones de arte privadas accesibles al público que se interese por ellas. Sin embargo, la Feuerle Collection, inaugurada en Kreuzberg en 2016, sobresale de este ilustre colectivo en numerosos aspectos, sobre todo, en el corte exclusivo de la colección. Désiré Feuerle, una personalidad tan discreta como influyente en el paisaje artístico internacional, combina aquí las obras de reputados artistas contemporáneos - tales como Anish Kapoor, Zeng Fanzhi, Cristina Iglesias y Nobuyoshi Araki - con esculturas jemeres de entre el s. VII y el XIII, así como con muebles de la corte imperial china cuyo origen se remonta a un intervalo que abarca desde el año 200 a.C. a principios del s. XVII (de la dinastía Han a la Qing).
Al componer y presentar su colección, Feuerle trata de propiciar un diálogo entre distintas épocas y culturas y, de ese modo, ofrecer nuevas perspectivas con respecto a las obras, cuidadosamente seleccionadas. De hecho, esta oposición, a veces sorprendente, de artefactos creados en contextos muy distintos resulta sumamente atractiva y estimulante. No solo aporta placer estético, sino también deleite intelectual conscientemente alejado de las consideraciones clásicas de la historia del arte.
Entre las particularidades de la Feuerle Collection se cuenta también la ubicación en la que puede apreciarse: en los márgenes del área de la Anhalter Bahnhof había un búnker que no se utilizaba desde hacía décadas y que se había construido poco antes de terminar la Segunda Guerra Mundial para la red de comunicaciones ferroviarias del Reich alemán. Nada menos que el arquitecto estrella británico John Pawson fue quien se ocupó de sanear y adaptar el edificio para su uso museístico. Pawson, conocido por su afinidad con las artes y su estilo minimalista, abordó la tarea con gran comedimiento. Admite que ya en la primera visita al lugar tuvo claro que deseaba 'cambiar lo menos posible» del edificio existente. Por ello, además de en las medidas estrictamente necesarias, las cuales eran sobre todo de naturaleza técnica, se centró en 'una serie de retoques y mejoras sutiles que reforzaban la calidad del espacio». Así, aprovechó la estructura interna del antiguo búnker para comunicaciones, compuesta en lo esencial por dos salas grandes. La construcción, situada directamente en el Landwehrkanal, apenas ha modificado su aspecto exterior. Únicamente un discreto letrero señala su nueva utilidad.
Un acompañante guía a los visitantes, quienes deben haber concertado previamente una cita, al sótano del búnker. Estos acceden a una estancia en la que, en apariencia, reina una oscuridad absoluta y esperan. Los minutos en la oscuridad, amenizados con música minimalista del compositor americano John Cage, cumplen una doble función: esta ceremonia de entrada casi meditativa permite dejar de lado los estímulos del día, desplegar los sentidos y preparar mentalmente al público para la posterior exposición. Los ojos se acostumbran de forma progresiva a la oscuridad y, poco a poco, en un lado de la estancia se percibe un débil haz de luz. A continuación se accede a la primera sala, sobriamente iluminada. La vista se dirige en primer lugar a una serie de figuras jemeres de piedra que parecen flotar, hieráticas, en el aire. De ahora en adelante, la luz concentrada, alineada con extrema precisión, guía al visitante en su recorrido por el descubrimiento del espacio, enfatizando los contornos tridimensionales de las esculturas, potenciando los detalles finos y apoyando una visión holística de los objetos, tal como pretendía el coleccionista. Gracias a los propios medios de la luz y a su función como guiado visual, Feuerle logra una presentación espectacular y, al mismo tiempo, comedida que deja una profunda impresión tras de sí. Se trata de un ejemplo de manual sobre cómo la luz dirige la mirada y estimula la atención visual de los visitantes. También enseguida queda claro por qué el espacio para presentar la colección en un antiguo búnker es el idóneo.
Désiré Feuerle, directora de una galería en Colonia durante la década de 1990, ya presentaba sus exposiciones por aquel entonces exclusivamente con luz artificial, para lo que recurría a las herramientas lumínicas de ERCO. Era de esperar, por lo tanto, que recurriera también a productos de la fábrica de luz de Lüdenscheid para exponer su colección en Berlín. Para una coleccionista como Feuerle, que apuesta siempre sin concesiones por la máxima calidad, no es suficiente con fiarse de la buena reputación de una marca y de las experiencias anteriores. Feuerle falló a favor de ERCO tras examinar a conciencia las muestras, seleccionar cuidadosamente las luminarias y realizar una fase de prueba intensiva. 
En las estancias de la Feuerle Collection solo se utilizan luminarias de la familia Pollux, las cuales están equipadas con módulos LED de 2 o 6 vatios de potencia. Según el tamaño del objeto, la distancia a la fuente de luz y las necesidades lumínicas, se utilizan proyectores con las distribuciones luminosas narrow spot, spot y flood. Los proyectores de contornos iluminan con precisión obras bidimensionales que parecen contar con luz propia, y los bañadores con la distribución luminosa oval flood iluminan de modo uniforme los objetos expuestos de gran volumen. Debido a los bajos niveles de brillo en las salas y a los pocos puntos en los que se concentra, la instalación lumínica en el espacio es muy discreta. Apenas es posible apreciar los raíles electrificados negros y los proyectores y bañadores del mismo color. Las dimensiones compactas del proyector Pollux aportan su granito de arena para que la infraestructura de la iluminación desaparezca casi por completo. La atención debe dirigirse plenamente a las obras de arte.
Propietario: The Feuerle Collection
Arquitectura: John Pawson, Londres / Gran Bretaña
Proyecto de iluminación: Désiré Feuerle, Berlín / Alemania
Fotografía: Sebastian Mayer, Berlín / Alemania
Producto: Pollux
Crédito fotográfico: © ERCO GmbH, www.erco.com, fotografía: Sebastian Mayer
Die ERCO Lichtfabrik mit Sitz in Lüdenscheid ist ein führender Spezialist für Architekturbeleuchtung mit LED-Technologie. Das 1934 gegründete Familienunternehmen operiert weltweit in knapp 40 Ländern mit über 60 Tochtergesellschaften, Niederlassungen und Vertretungen. Seit 2015 basiert das Produktprogramm vollständig auf LED-Technologie. Unter dem Leitmotiv "light digital" entwickelt, gestaltet und produziert ERCO in Lüdenscheid digitale Leuchten mit den Schwerpunkten lichttechnische Optiken, Elektronik und Design. Die Lichtwerkzeuge entstehen in engem Kontakt mit Architekten, Lichtplanern und Elektroplanern und kommen primär in den folgenden Anwendungsbereichen zum Einsatz: Work und Shop, Culture und Community, Hospitality, Living, Public und Contemplation. ERCO versteht digitales Licht als die vierte Dimension der Architektur - und unterstützt Planer dabei, ihre Projekte mit hochpräzisen, effizienten Lichtlösungen in die Realität zu überführen. Sollten Sie weiterführende Informationen zu ERCO oder Bildmaterial wünschen, besuchen Sie uns bitte auf www.erco.com/presse. Gerne liefern wir Ihnen auch Material zu Projekten weltweit für Ihre Berichterstattung.